El otoño nos abandono por fin, las hojas se resistían a caer y se aferraban a los arboles con afán. Los tímidos arboles lucían desnudos a nuestros ojos.
Nosotros sin embargo, nos cubríamos con capas de ropa, aunque este invierno todavía no había mostrado su crudeza; quizás sea para ocultar nuestras perdidas o hacer desaparecer nuestra presencia.
Es tal la lluvia de malas noticias, de disgustos próximos y ajenos, que nos queremos hacer pequeñitos y desaparecer, pasar a un estado virtual en el que las noticias nos resulten lejanas como si de otro mundo se tratara.
La crisis compañera de fatigas de los últimos años y amiga en los próximos, mina nuestros recursos y nuestra alegría, ya ni siquiera el escape de un pequeño regalo dado o recibido es posible.
El 2011 parece que no quiera abandonarnos y nos regala con este largo otoño donde la lluvia de impuestos y caras tristes no nos hacen conscientes como otros años de la Navidad. Todo son ofertas que nadie compra. Con lo que la cadena se transmite y la pobreza se expande como un “Big Bang”
Otros años la alegría de las luces y comilonas nos hacían olvidar nuestras crisis, que eran nuestras, no como esta, la grande, la de todos. A las nuestras las engañábamos con una sonrisa y algún que otro sorbito de cava. Aunque volviera en enero con su cuesta.
La austeridad y las deudas nos hacen pues reacios a la compra fácil, a la invitación cercana, a compartir con compañeros y amigos penas y alegrías.
Pero este año en cada casa, además de la ausencia de los seres queridos que nos abandonaron, hay otras ausencias, desconocidas, graves y traicioneras: El sueldo que no llega, la paga que ya casi no existe, los regalos de los que hay que prescindir, la casa que se esfumo y cuya hipoteca persiste…
Son mucho los sin casa, que piden ayuda a familiares y que comparten sus pocos recursos con ellos, de manera que el hambre y la tristeza crece y el bocado ya pequeño de por sí, se hace aún más pequeño.
Las crisis a lo largo de la historia se repiten, pero no aprendemos, siempre nos sorprenden de nuevo, provocando zozobra. Los analistas, las desmenuzan y dicen: ¡Ya lo sabía yo! Justo después de que las cosas ocurran, se empeñan en explicar lo inexplicable.
Moros y cristianos, blancos y negros, rurales y urbanitas, del sur y del norte; todos iguales ante la guadaña del capital. Los pobres cada vez más pobres y los ricos, los de verdad cada vez más ricos.
Los niños lloran las ausencias, de sus padres, de sus juguetes, del tiempo perdido, de su generación inerte y sin trabajo, de su razón de ser.
Ya sin ni siquiera saber, que una carta inocente a los Reyes Magos les puede salvar de este despropósito.
Los ricos roban para ser más ricos, los pobres para subsistir, no quedan ánimos ni ilusiones que llenen manos y mentes vacías. Todo sube, alcanzando precios astronómicos aunque de Astronomía no se trate El Dios dinero no prodiga sus bondades de antaño, después de hacernos esclavos, cobra los intereses. Arrasa con todo y con todos, las Sociedades Anónimas no tienen alma, utilizan sus fuerzas para deglutir cuerpos escondidos y ocultos para que no les pillen, pero que son descubiertos en sus escondrijos.
La cadena siempre se rompe por los más débiles, que aun sin nada prodigan su magnanimidad entre sus amigos y vecinos, por lo menos eso les queda, por lo menos eso no se lo pueden roban.
Mantienen su alegría con la inocencia de niños, se conforman con poco, aprecian lo inapreciable, inventan una y otra vez el reciclado, encuentran belleza donde no la hay y si llamas a su puerta y siguen estando comparten su comida y bebida, ellos no tiran, no generan basura, miran los escaparates con dulces miradas de…….y si fuera verdad y si me tocara ese pellizco de la lotería.
En época de crisis los juegos se disparan, los colores se hacen más vivos, es como si se quisiera pintar la tristeza de verde esperanza.
Las luces más escasas, se ahorra en el chocolate del loro, perdiendo seguridad, pidiendo prestamos para pagar a los funcionarios. Se acabaron las vacas gorgas que fuimos matando una a una, sin preocuparnos de los terneros, despilfarrando lo que no teníamos, para mantenernos artificialmente alegres. Cuando salías a la calle y te incitaban a consumir, a no preocuparte que “papa banco” te lo daba todo sin problemas, cubría tus deudas. Ahora transformado en “padrastro de cuento” te exige sin tregua, sin aquella magnanimidad que otrora mostrara.
Hemos perdido todo, la alegría, las ganas de vivir, la dignidad y el orgullo de ser seres humanos. Los lobos depredadores consumirán la carne de aquellos atrevidos, que osaron por luchar por sus principios y que no estando contentos en esta Tierra, quisieron hacerla mejor para todos y fueron tildados de locos. Quisieron guardar los recuerdos de infancia de cuando había peces y aves, de cuando la tierra estaba poblada de vida minúscula y con mayúsculas.
Aun estamos a tiempo: ¡DESPERTAD, LUCHAD! Tomad conciencia de lo que sois y de vuestra responsabilidad, de los “pepitos grillos” que quedan y tomar la riendas de vuestra vida, es por vosotros y las próximas generaciones. Aprender a vivir sin nada, aprovechando los recursos que os dan y ser felices con ellos. La Tierra es prospera y agradecida, os compensará con creces.
La buena nueva ha llegado, compartirla, transmitirla, celebrarla, no todo es tristeza, se acabaron las ausencias y carencias: ES NAVIDAD.
FELIZ 2012 A TODOS.